Buenas prácticas en ciudades inteligentes: Respondiendo a los retos urbanos

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04/05/2015
FUENTE: ESMARTCITY

El proyecto ASCIMER (Assessing Smart City Initiatives in the Mediterranean Region), financiado por el Banco Europeo de Inversiones (BEI), tiene como principal objetivo el desarrollo de una metodología integrada de evaluación de Smart Cities para su posterior financiación. Esta evaluación comienza con la realización de una Guía de Buenas Prácticas que desarrolla una metodología que pone en relación entre los proyectos y estrategias de Ciudad Inteligente y la respuesta a los retos reales a los que se enfrentan las ciudades y los gobiernos locales. Para ello se realiza una clasificación descriptiva que permite relacionar retos con proyectos Smart. Se selecciona así una batería de Buenas Prácticas que proporciona una visión holística y articulada de las posibilidades de actuación de las ciudades inteligentes.

Introducción

Actualmente más de la mitad de la población vive en zonas urbanas, cifra que se espera alcance el 70% en 2050. Además, el 70% de la riqueza global se genera en las ciudades. Desde el punto de vista económico, las ciudades tienen el potencial de producir sinergias y aumentar los rendimientos de escala, lo que las hace tremendamente eficientes permitiendo grandes oportunidades de desarrollo a sus habitantes.

La ciudad es por definición un sistema inteligente que tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas que habitan en ella. Pese a sus grandes ventajas derivadas de la economía de la aglomeración, en las ciudades se producen problemas de difícil solución: contaminación, cambio climático, congestión del tráfico, envejecimiento de la población, acceso a viviendas asequibles, expansión urbana, pobreza y tensiones sociales que llevan a una reducción de la calidad de vida de sus habitantes.

Teniendo en cuenta estos retos, es crucial gestionar las ciudades de forma que se apoye e impulse el crecimiento económico y la competitividad al tiempo que se consigue la cohesión social y la sostenibilidad ambiental. Para ello es necesaria una visión holística de la ciudad que sirva como marco para la identificación de sus problemas y el desarrollo de posibles soluciones.

El proyecto ASCIMER

En este marco y gracias a las innovaciones tecnológicas surge el concepto de Smart City como vía para conseguir ciudades más eficientes y sostenibles. En los últimos años el término Ciudad Inteligente o Smart City se ha utilizado para describir las estrategias que incorporan las nuevas tecnologías a la ciudad para lograr estos objetivos. La Smart City o ciudad inteligente se define en esta comunicación cómo un sistema holístico que interactúa con el capital humano y social utilizando soluciones basadas en las TIC.

Su objetivo es lograr el desarrollo sostenible y la calidad de vida en la ciudad de forma eficiente, basándose en la cooperación entre distintos agentes articulados por la municipalidad. En los últimos años se han desarrollado muchas iniciativas relacionadas con las Smart Cities; sin embargo, hay una importante carencia de indicadores y metodologías para evaluarlas.

El proyecto ASCIMER (Assessing Smart City Initiatives in the Mediterranean Region), financiado por el Banco Europeo de Inversiones, tiene como principal objetivo el desarrollo de una metodología integrada que ayude a los actores públicos y privados en las ciudades, no sólo a tomar decisiones informadas sobre estrategias de inversión en Ciudades Inteligentes, sino también a desarrollar las habilidades necesarias para priorizar, implementar y gestionar estos proyectos.

Como paso previo al desarrollo de una metodología de evaluación de proyectos dentro del marco de las Ciudades Inteligentes se ha elaborado una Guía de Buenas Prácticas cuyo objetivo es informar a aquellas ciudades que quieran implementar estos proyectos sobre cuáles son los retos de las ciudades inteligentes y su relación con las áreas y los tipos de proyectos a considerar.

Hacia un enfoque holístico en las ciudades inteligentes

La evolución del concepto de Ciudad Inteligente nos lleva de proyectos puntuales a estrategias globales de ciudad mediante las cuáles estas pueden hacer frente a sus retos, así como posicionarse a diferentes escalas (nacional, regional, internacional). Para que esto pueda llevarse a cabo es necesario que las estrategias desarrolladas en este marco incluyan proyectos en diferentes ámbitos en una estrategia global con una visión articulada, holística y comprehensiva.

Se pretende dar una visión comprehensiva de cuáles son los ámbitos en los que una estrategia de Smart City puede desarrollar los proyectos incluidos en ella. Esta visión está sustentada en la selección de una amplia batería de proyectos que se organizan en primer lugar en los ya reconocidos ámbitos de Gobernanza, Movilidad, Transporte, Energía, Personas y Hábitat. (Giffinger et. al, 2007) Se han seleccionado proyectos innovadores y/o que constituyen referentes a nivel internacional. Sin embargo, la amplitud y la indefinición de estos ámbitos y la variedad de proyectos de Smart Cities desarrollados en los últimos años hacen necesario disponer de metodologías de análisis descriptivas que faciliten la orientación dentro de la diversidad de posibilidades y casos que existen entre los proyectos de Smart Cities.

Ciudades inteligentes: una respuesta a los retos de las ciudades

Por otro lado, en la actualidad se cuestiona la incidencia real de los proyectos de Smart City en la resolución de los problemas de las ciudades, puesto que son proyectos con un trayectoria relativamente corta y que la correspondencia entre los retos reales de las ciudades y los ámbitos en los que actúa la Smart City no está clara en muchas ocasiones. Así pues, también es necesario comprender las prioridades y los retos específicos de cada una de las ciudades que desarrollaran estas estrategias de ciudad inteligente.

Objetivos de la Guía de Buenas Prácticas

Cómo respuesta a esta problemática, esta Guía de Buenas Prácticas establece una clasificación descriptiva que permite poner en relación los retos reales de las ciudades con las posibilidades de actuación que una estrategia de Smart City ofrece. De este modo permite la orientación dentro de la batería de posibilidades que una Ciudad Inteligente tiene, al mismo tiempo que posibilita el diseño de estrategias adaptadas a las necesidades concretas de las ciudades. Por otro lado ofrece la oportunidad de tener una visión holística a la hora de implementar esta estrategia para lograr una Ciudad Inteligente, ofreciendo un apoyo para realizar actuaciones que cubran todos los ámbitos de acción de la Smart City, logrando así una potente estrategia global que sea realmente capaz de dar respuesta a los problemas de la/os ciudadana/os.

A través de la guía pueden relacionarse los diferentes retos identificados con propuestas llevadas a cabo en ese ámbito, siendo una herramienta de apoyo al desarrollo de estrategias de Smart City globales adaptadas a los prin
cipales retos de cada una de las ciudades. A través de la identificación de los principales retos de una ciudad, así como de los ámbitos que se quiere potenciar en la estrategia de Smart City, puede acudirse a esta Guía de Buenas Prácticas para encontrar casos de referencia que sirvan de apoyo a los proyectos e iniciativas.

El objetivo final es proporcionar una Guía que sirva de base para que cada estrategia Smart City logre un equilibrio entre los diferentes ámbitos de acción sirviendo de respuesta a los retos de las ciudades y sea realmente eficiente para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y la sostenibilidad de la ciudad.

Material y métodos

Con esta visión se ha desarrollado esta herramienta que es capaz de relacionar los principales retos de las ciudades con una batería de buenas prácticas que surgen cómo respuesta a ellos La metodología seguida para el desarrollo de la Guía de Buenas Prácticas ha consistido en 4 etapas diferenciadas:

Identificación de los retos de las ciudades y organización con respecto a los ámbitos de estudio:

 

A través de diversos documentos de análisis y prospectiva, cómo los informes “Cities of Tomorrow” (European Commission, 2014) o “The state of African cities 2014” (UN Habitat 2014). Se han estudiado y analizado los principales retos presentes y futuros de las ciudades europeas y mediterráneas. Estos retos se han clasificado según su influencia en los campos de Gobernanza, Movilidad, Transporte, Energía, Ciudadanía y Hábitat.

Selección de acciones y subacciones

En cada una de las dimensiones se han seleccionado una serie de acciones a los que las iniciativas de Ciudades Inteligentes analizadas están dando respuesta, así como ámbitos en los que la tecnología está siendo utilizada y podrían incluirse en estrategias complejas para Smart Cities. Estas acciones se han dividido en subacciones más concretas, cómo veremos a continuación.

 

A través de diversos documentos de análisis y prospectiva, cómo los informes “Cities of Tomorrow” (European Commission, 2014) o “The state of African cities 2014” (UN Habitat 2014). Se han estudiado y analizado los principales retos presentes y futuros de las ciudades europeas y mediterráneas. Estos retos se han clasificado según su influencia en los campos de Gobernanza, Movilidad, Transporte, Energía, Ciudadanía y Hábitat.

Selección de Buenas Prácticas

De entre los casos de estudio analizados, se han seleccionado 2 ejemplos de proyectos innovadores y/o que se han convertido en referentes a nivel internacional en cada una de las acciones descritas. Dado que se ha tomado cómo punto de partida para este proyecto el hecho de que una Ciudad Inteligente tiene que tener efecto en todos los ámbitos de la ciudad, el criterio utilizado para la selección ha sido cubrir el máximo espectro de posibilidades de actuación.

Relación entre retos, acciones y proyectos

Resultados

Esta Guía de Buenas Prácticas ofrece una serie de matrices, organizadas por dimensiones de actuación, que ponen en relación los retos a los que han de hacer frente las ciudades del siglo XXI con las acciones que dan respuesta a estos rectos en el ámbito de las Ciudades Inteligentes, así como con buenas prácticas en el ámbito. Estas matrices sirven de herramienta para la toma de decisiones en las Ciudades Inteligentes. A partir del conocimiento y la identificación de la problemática de la ciudad, se obtiene información sobre las posibles acciones a realizar, así como ejemplos concretos de proyectos que puedan dar respuesta a estos retos.

Discusión y conclusiones

Esta Guía de Buenas Prácticas pretende dar respuesta a una doble problemática: por un lado, la necesidad de una visión sistemática y holística de las posibilidades de implementación de estrategias y proyectos de Ciudades Inteligentes. Por otro, la necesidad de trazar una correspondencia entre estas estrategias y proyectos y los problemas reales de las ciudades. Se ha desarrollado una metodología de análisis descriptiva que facilita la orientación en la variedad de posibilidades de actuación que las Ciudades Inteligentes enmarcan.

Se desarrolla así una clasificación y sistematización de las dimensiones de actuación y las acciones y subacciones que son posibles dentro de ellas. Esta clasificación permite no sólo ordenar y orientar los proyectos y actuaciones de ciudades inteligentes sino también poner en relación retos y proyectos para lograr la efectividad de las estrategias globales. Así pues se pretende también mejorar la efectividad de la Smart City atendiendo a su capacidad para resolver problemas de las ciudades. Esta guía propone tomar los retos de las ciudades como base para las propuestas de estrategias de Smart Cities desde una perspectiva holística, comprehensiva y global, con el objetivo de lograr una Ciudad Inteligente que sea realmente eficiente para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y la sostenibilidad de la ciudad. Sirve de base para la innovación en las soluciones y en su combinación para obtener estrategias de Smart Cities comprehensivas y globales que sean capaces de dar respuesta a la compleja y diversa problemática de las ciudades.

Esta Guía de Buenas Prácticas ha sido remitida al Banco Europeo de Inversiones para servir de orientación a las propuestas de financiación de proyectos de Smart Cities. Constituye también la base a partir de la cuál desarrollar una Metodología de Evaluación de Proyectos de Smart Cities para su financiación, constituyendo un pilar fundamental para la implementación del proyecto ASCIMER.

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