Calefacción de distrito: ciudades que generan su propio calor

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12/02/2010
FUENTE: ECOTICIAS.COM

Un sistema de calefacción central como la de cualquier comunidad de vecinos, pero a lo grande. En el caso de la calefacción urbana o de distrito (District Heating), una ciudad o un barrio dispone de una instalación que produce el calor y se canaliza por sus calles para que llegue a todos los hogares, al igual que el agua o el gas. Diversas ciudades y barrios de países de todo el mundo, incluida España, cuentan con este tipo de redes.

La producción del calor se basa, en general, en centrales de cogeneración, pero cada vez más se usan energías renovables como la biomasa, la energía solar y hasta el calor sobrante de las centrales nucleares y de las incineradoras de residuos urbanos.

La calefacción de distrito se basa en una central cercana a los consumidores que produce calor. Mediante un sistema de tubos aislados, por lo general subterráneos, el calor se distribuye a los edificios de un barrio o de una ciudad que forman parte de la red. El medio más común para distribuir el calor es el agua, pero también se puede utilizar vapor.

Para cubrir situaciones de demanda más intensa, se cuenta con sistemas de acumulación que almacenan energía en momentos de menor consumo. El calor distribuido no sólo se puede utilizar para calefacción, sino también para producir agua caliente y para climatizar y enfriar en verano.

La central más común es la de cogeneración. Estas instalaciones utilizan combustibles fósiles, gas natural sobre todo, pero al producir y aprovechar de forma conjunta electricidad y calor, logran un considerable ahorro energético. No obstante, cada vez más se utilizan centrales basadas en energías renovables, como la biomasa, la geotérmica o la solar, e incluso la energía nuclear.

Frente a los sistemas de calefacción individual, la de distrito o urbana destaca por varias ventajas. La producción del calor es más eficiente ya que se desperdicia menos y, por lo tanto, la contaminación también es menor. Según un estudio del grupo de investigación Claverton Energy, la calefacción de distrito basada en cogeneración es el método más barato de reducir el uso del carbón y tiene una de las huellas de carbono más bajas de todas las plantas de generación basadas en combustibles fósiles. Por su parte, los consumidores ahorran dinero en la energía y las instalaciones que deberían destinar a sus propios sistemas de calefacción.

En cuanto a los inconvenientes, la puesta en marcha de la central productora de calor y la red de tuberías requiere una gran inversión inicial, si bien se amortiza a largo plazo. Por sus características, no es un sistema idóneo para zonas con baja densidad demográfica o para comunidades con muchos pequeños edificios.

La distribución con vapor es más aconsejable para procesos industriales que requieren una temperatura más alta, pero debido a ello pierde más cantidad de calor. Además, esta modalidad puede resultar peligrosa si la red de tuberías no se encuentra bien cuidada.

Por ello, antes de pensar en instalar un sistema de calefacción de distrito, conviene realizar un estudio para conocer si es la mejor solución. Un experto debería analizar cómo instalarlo de la manera más óptima y económica, de manera que la oferta de calor se adecue a la demanda a lo largo de los distintos meses del año.
Calefacción de distrito en el mundo

Diversas localidades españolas cuentan con pequeños sistemas de calefacción de distrito. En Barcelona, la compañía Districlima ha puesto en marcha una red para más de 50 edificios. Por su parte, Nova Energía ha instalado varios de estos equipamientos, como en Oviedo para la Fundación del Orfanato Minero de Asturias, en Bellver de Cerdanya (Lleida) para varios edificios públicos a partir de combustible de astilla, o en Guadalajara para la Fundación Apadrina un Árbol. En Madrid, la Consejería de Medio Ambiente planea poner en marcha una red dentro del ecobarrio de Puente de Vallecas. El sistema agrupará calefacción y agua caliente para unos 30 edificios.

Factores como la climatología, la cercanía a las fuentes energéticas o el desarrollo tecnológico han supuesto que la mayor implantación de la calefacción de distrito se haya producido en los países nórdicos, Rusia y Europa del Este.

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