Tipo de publicación: Informe
Autor: Naciones Unidas
Fecha de publicación o de alta: Marzo de 2017
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Por conducto de esa misma resolución, el Consejo de Administración solicitó también a ONU-Hábitat que sugiriese directrices y formatos para la elaboración de informes nacionales, que, tomen en cuenta la aplicación del programa de Hábitat II y los nuevos desafíos, las nuevas tendencias, y una visión de futuro acerca del desarrollo urbano y los asentamientos humanos sostenibles, así como de las cuestiones intersectoriales, de manera equilibrada.
En el Programa de Hábitat adoptado en 1996, los Jefes de Estado y de Gobierno se comprometieron con dos objetivos principales, a saber, ‘Vivienda adecuada para todos’ y ‘Asentamientos humanos sostenibles en un mundo en proceso de urbanización’, y a poner en práctica un plan de acción basado en esos objetivos.
Con respecto al objetivo ‘Vivienda adecuada para todos’, los Jefes de Estado y de Gobierno se comprometieron a lograr que la población pueda conseguir una vivienda que sea salubre, segura, accesible y asequible y que comprenda servicios, instalaciones y comodidades básicos, que nadie sea objeto de discriminación en materia de vivienda y seguridad jurídica de la tenencia, de modo plenamente acorde con las normas de derechos humanos. En la Declaración del Milenio, los Jefes de Estado y de Gobierno establecieron el compromiso de haber mejorado para el año 2020 la vida de por lo menos 100 millones de habitantes de tugurios. También se comprometieron a reducir a la mitad, para el año 2015, el porcentaje de personas que carezcan de acceso a agua potable y servicios de saneamiento básicos.
Con respecto al objetivo ‘Asentamientos humanos sostenibles en un mundo en proceso de urbanización’, los Jefes de Estado y de Gobierno se comprometieron a desarrollar sociedades que hagan uso eficiente de los recursos dentro de los límites de la capacidad de carga de los ecosistemas y ofrezcan a todas las personas, en particular las que pertenecen a grupos vulnerables y desfavorecidos, las mismas oportunidades de llevar una vida sana, segura y productiva en armonía con la naturaleza y su patrimonio cultural y valores espirituales y culturales, y que garanticen el desarrollo económico y social y la protección del medio ambiente, contribuyendo así a la consecución de los objetivos del desarrollo nacional sostenible.
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